Una guía para “principiantes” de vinos

Hay tantos que parece imposible conseguir el favorito.

María Montiel

BEBERBIEN. A muchos nos gusta beber vino porque es relajante, un gran compañero de comidas y, según dicen, con efectos saludables para el cuerpo si se bebe con moderación. Pero, antes de decidir qué tipo de vino comprar, hay cosas que debes conocer. 

Calidad. La mayoría de los vinos en el mercado se elabora para el consumo masivo. En una “montaña de vinos”, con cientos de marcas, asegúrate siempre de que estás comprando la mejor botella… no vinagre. Lee las etiquetas, no es lo mismo un vino italiano o chileno que uno africano.

Gusto. A los principiantes les gusta el vino dulce. Los vinos tintos y blancos tienen gustos diferentes, y un vino rosado otro sabor. Los vinos tienen muchos gustos, así que es mejor probar y probar hasta encontrar el favorito. Además, los vinos están asociados con diferentes comidas.

Terroir. Es un debate eterno: la mayoría de los bebedores de vino cree que “el terroir del vino” tiene un gran efecto en su calidad. El terroir se define como “el suelo y el medio ambiente donde se cosechan las uvas”. Es casi verdad que los vinos bien conocidos son mejores que los producidos en otros lugares, aunque los de Australia o Nueva Zelanda ya son casi iguales que españoles, franceses o italianos.

No hay fórmulas fijas ni mágicas para conseguir un vino maravilloso para esa comida especial, la gente tiene sus propias ideas. Para ayudarte a elegir “el vino adecuado para el momento adecuado” o una comida especial, aquí algunas sugerencias para complacer a cualquier paladar.

Blancos. Un vino blanco es siempre la elección perfecta. Suelen ser más ligeros y secos y dejan el paladar fresco para el plato principal. El Chardonnay, por ejemplo, es bueno para el “Coq a Vin”, con su cremosa salsa de vino. Y el Sauvignon Blanc es excelente para acompañar una ensalada o un cóctel de camarones de primer plato.

2. Tintos. Cuando estás listo para servir ese plato especial para tus amigos más queridos, uno de los vinos más populares es el Merlot. Al ser de color rojo más claro pero con mucho cuerpo, es perfecto para saltear pollo, cerdo a la parrilla o cordero asado.

3. Pinot Noir. Aunque no es servido tan seguido como un Merlot o Cabernet, es una mezcla única de ciruela, vainilla y mora. En EEUU, el estado de Oregon produce Pinot Noir donde las moras crecen silvestres y son dulces y jugosas. Este vino será sin duda un gran éxito en cualquier mesa.

4. Shiraz, Chianti… Para una comida mexicana picante, el Shiraz es un complemento ideal que resalta el picante de la enchilada o chili verde. La comida italiana, con sus robustas salsas de tomate, requiere un Chianti. Un robusto Borgoña es el mejor rojo para un fino asado de costilla o un delicado filete mignon.

Según las sugerencias anteriores, debes tener a mano tanto un vino blanco como un vino tinto para una cena. Es muy probable que algunos huéspedes elijan el vino rojo que prefieran y se queden con él durante toda la noche. Otros seleccionaran un blanco para el comienzo de la velada y terminarán con un rojo. ¡Buen apetito!

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