¿Quién era el «mezclador» Johnnie?
Otra historia que demuestra que el mundo es de los emprendedores.
Antonio Escobar
BEBERBIEN. Muchas de las personas engalanadas en las etiquetas de las principales marcas de whisky de hoy, son ficticias. Sin embargo, hay un tipo que existió al 100%: Johnnie Walker. Incluso cuando giras la tapa de esa botella cuadrada con la etiqueta en ángulo, eres parte de una larguísima fila de bebedores que comenzó con un ser humano real que respondió al nombre de… «Sr. Walker».
El legendario y original John (Johnnie) Walker nació el 25 de julio de 1805 en Todriggs Farm, Kilmarnock, Escocia. La granja no estaba lejos de Glasgow, la capital, en el lado oeste de la isla. En 1819, murió el padre de Johnnie y la granja familiar fue vendida. Aunque todavía era un muchacho de 15 años, las ganancias de la venta se utilizaron para comprar una tienda de comestibles. Después de un breve período de aprendizaje en su nuevo oficio, Johnnie se hizo cargo de la gestión completa del negocio.
EMPRENDEDOR Su negocio principal era la venta de comestibles en Kilmarnock, pero con el tiempo se hizo muy conocido como el proveedor de té, vinos finos y licores. Vendía todo tipo de alcohol, incluyendo ron, brandy y ginebra.
Unas de las cosas que empezaron a llamar la atención de Johnnie eran las maltas locales que por aquel entonces los bodegueros del pueblo ofrecían, las cuales a su juicio, no eran lo suficientemente buenas. Con esto en mente Johnnie empezó a mezclar diferentes maltas con el fin de ofrecer a sus clientes un producto consistente y único en mejor sabor.
Esta nueva propuesta se convertiría en un arte que pronto se haría muy popular y daría paso a toda una industria de emprendedores destileros, entre los cuales Johnnie lograría prosperar.
LA RUINA En 1833, Johnnie se casó con Elizabeth Purves, quien más tarde dio a luz a su primer hijo, Alexander. Una gran inundación dañó muchos negocios locales en 1852, y todo el stock de Johnnie se arruinó. Tomó casi dos años reconstruir el negocio, pero después, la popularidad de su mezcla siguió creciendo hasta su muerte, en 1857.
FAMILIA El negocio familiar fue tomado por Alexander. Gran Bretaña fue el centro de la Revolución Industrial, y con la llegada del ferrocarril en 1843, Alexander Walker creó una red de distribución que envió el whisky de Johnnie a todo el mundo. Para 1862, las ventas promediaban los 300,000 litros cada año. La primera mezcla con derechos de autor, llamada «Old Highland Whisky», llegó a las estanterías en 1867. Esta receta es un antepasado directo de lo que conocemos como Johnnie Walker Black Label.
Además, con el mercado local saturado de destilerías y siendo el brandy la bebida preferida de los escoceses con clase, Alexander lanzó su sistema «Merchant Venture», cargando de botellas whisky los barcos y dándoles una comisión a los capitanes que las vendían en el extranjero.
ETIQUETADO En 1869, apareció la famosa botella cuadrada y la etiqueta de 24 grados, lo que creó un aspecto distintivo en comparación con las botellas redondas. Muchos historiadores consideran a Alexander como la verdadera fuerza motriz que llevó el whisky escocés Johnnie Walker de su ciudad natal, Kilmarnock, a una marca mundial.
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¿Por qué una botella cuadrada? Alexander la inventó para prevenir la rotura: cuanto más apretadas estuvieran las botellas, menos riesgo de romperse.
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La etiqueta inclinada de Alexander significaba un logotipo más grande y distintivo que se podía reconocer a distancia. La inscribió como marca registrada en 1876.
ESTRATEGIA Alexander extendió su whisky invitando a los comerciantes de Londres a Kilmarnock, para mostrarles los palacios y los paisajes escoceses. Entonces, cuando los ingleses estaban más entusiasmados, los invitaba a una bebida que los hombres disfrutan: un vaso de whisky.
ROJA Y NEGRA En 1889, fue el turno de Alexander de heredar el apellido Walker, dejando la compañía a sus hijos Alexander II y George, el primero un maestro mezclador y el último un maestro en los negocios.
En 1909, Alexander y George renombraron su exitosa y nueva variedad de whiskys con los colores de sus etiquetas icónicas. Así, Johnnie Walker Red Label (Roja) y Johnnie Walker Black Label (Negra) habían nacido.
Fue durante esta época que el ilustrador más reconocido del momento, Tom Browne, esbozó una idea para un logo durante un almuerzo. Alexander y George adoptaron al «Caminante» inmediatamente. De golpe, John Walker, el tendero Victoriano, se convirtió en Johnnie Walker, el dandy Eduardiano.
ESPÍRITU ESCOCÉS La compañía ha seguido creciendo, por supuesto, añadiendo a la línea las marcas Blue, Double Black, Gold y Platinum de Johnnie Walker. Ahora, el whisky ya no se destila en Kilmarnock, y la planta original ha sido demolida, pero en cada sorbo encontrarás el espíritu escocés y resistente del Johnnie Walker original.
La ambición y creatividad de las diferentes generaciones que han dado su aporte a la empresa, han hecho de Johnnie Walker la marca de whisky más grande en la actualidad y un símbolo de perseverancia que se refleja en el espíritu de los Walker y en el eslogan: Keep Walking (Sigue Caminando).
DESTACADO Entre los muchos reconocimientos que ha recibido la marca, uno de los más importantes fue el de la Casa Real británica en 1934, de manos del rey George V, a «la calidad real». Desde entonces Johnnie Walker es el proveedor oficial de la casa de Windsor.
Durante gran parte del siglo XX y el XXI la empresa ha patrocinado deportes como el golf y el automovilismo, ambos muy ligados a la alta sociedad y que reflejan parte de la esencia y personalidad de la marca.
En 1992 lanzó su mejor whisky, Johnnie Walker Blue Label, definido por la rareza y el costo de las maltas usadas para su elaboración.
En 1997 surgió el Johnny Walker Blended Malt, más conocido como Green Label (Verde). Su nombre se debe a que su sabor evoca la frescura del campo.
En 2008 Johnnie Walker lanzó Blue Label King George, una colección de finos whiskies de la época del Rey George V.
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El whisky que sigue fiel al «matrimonio»
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