El ascenso de las burbujas de Su Majestad
Los viñedos del Reino Unido producen vinos desafiantes.
Esther Pastor
BEBERBIEN. Los suelos calcáreos de la región francesa del Champagne, cruciales para los viñedos y las uvas que crecen allí, no son únicos. Se extienden hacia el noroeste, a la isla británica, a través de las frías aguas del Canal de la Mancha, donde los productores de vino están impulsando su propia marca de burbujas.
El movimiento inglés de las burbujas no es un fenómeno completamente nuevo, ha comenzado a ganar fuerza en los últimos cinco años. En 2018, el equivalente a 15.6 millones de botellas de vino se produjeron en toda Inglaterra, según datos de Wines of Great Britain. De esas botellas, el 69 % era de vino espumoso. «La calidad del vino finalmente triunfa sobre las críticas», dice Jonathan White, jefe de marketing de Gusbourne, un productor de vino que lanzó su primera cosecha en 2010.
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EL VINO ESPUMOSO INGLÉS EN CIFRAS
15.6 MILLONES
Número de botellas de vino producidas en Inglaterra y Gales en 2018.
100 %
Aumento de las ventas de vinos ingleses entre 2017 y 2018.
72 %
Porcentaje de las ventas que proceden de vino espumoso.
CINCO (5)
Medallas de oro del vino espumoso inglés en el Sommelier Wine Awards (SWA) del Reino Unido.
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El año pasado, los vinos espumosos ingleses obtuvieron cinco medallas de oro en el Sommelier Wine Awards del Reino Unido, o SWA. Entre los ganadores: Henners Reserve 2010 East Sussexs; Hattingley Valley Classic Reserve NV Hampshire; y Harrow & Hope Blanc de Noirs 2013 Marlow.
«Fuera de Champagne, hasta hace pocos años no había muchos lugares donde se podía comprar un vino espumoso confiable y tradicional. Y ahora estamos nosotros, los ingleses, compitiendo botella a botella con los franceses», opina Red Johnson, fundador y director ejecutivo de The British Bottle Co.
EL SUELO Y EL FRÍO
La región vinícola inglesa está en el sureste, en condados como Sussex, Kent, Hampshire y Dorset. «El símbolo de nuestra industria son los acantilados blancos de Dover», comenta Trevor Clough, cofundador y director ejecutivo de Digby Fine English, un productor de West Sussex. «Esta tierra nos ofrece la capacidad de cultivar fruta en un terruño opulento y rico, donde podemos producir vino espumoso de lujo de alta calidad».
El suelo, junto con el frío clima inglés, es el toque mágico del vino espumoso. El año pasado, las nevadas de febrero y marzo y un verano abrasador e inesperado, el más caluroso de la historia de Inglaterra, fueron ideales para los viñedos del país. El resultado fue una cosecha excelente, con muchas bodegas registrando cosechas récord.
ABRIENDO NUEVOS MERCADOS
El estadounidense ha sido el mercado de exportación más receptivo para el vino inglés, un éxito que le ha dado a la industria vitivinícola un empujón de confianza. Los estadounidenses tienen poca afinidad por productos británicos, pero poseen una gran pasión por el vino.
Inglaterra es abundante en viñedos y bodegas, donde, además de los vinos espumosos, destaca el emblemático vino blanco inglés.
Los viñedos de Biddenden son bien conocidos desde 1969. Producen sidras Kentish y zumos de manzana de calidad superior. Los antiguos viñedos Bookers producen vinos tintos y blancos, y ofrecen tours educativos para experimentar cómo se hace el vino a partir de las uvas.
VIÑEDOS ESPECTACULARES
Camel Valley, situado en una esquina de Cornualles, produce vinos galardonados. Son expertos en la producción de rosas rojas de alta calidad y vinos blancos deslumbrantes.
Denbies, el viñedo más grande del Reino Unido, tiene recorridos únicos, con fabulosas vistas del valle y degustación de vinos.
Lamberhurst, en el campo de Kent, ofrece degustación de comida fina y gratuita durante todo el año. Y el parque Painshill produce una mezcla de vinos: rosado, blanco seco y espumosos.
La finca Ridgeview destaca por su vino espumoso de calidad superior. Y los viñedos de Sharpham están especializados en la combinación de técnicas nuevas y clásicas.
¿INVENCIÓN INGLESA?
A finales del siglo XVII fue cuando en Champagne brotó la efervescencia en sus vinos. Pero, parece ser que fueron los ingleses que «inventaron» lo que conocemos como champán, cuando apreciaron el fenómeno natural de la toma de espuma antes que los franceses.
Todo ello sucedió antes de 1728, cuando el rey Luis XV autorizó la comercialización de vino en botellas de cristal. Hasta entonces se hacía en barriles, que cuando llegaban a la costa inglesa eran embotellados en las tabernas. Sin embargo, en Inglaterra ya producían sus vinos, que, según escritos de la época, ¡tenían espuma!
En Champagne, mientras tanto, los elaboradores de vino buscaban el modo de erradicar este fenómeno de la segunda fermentación natural (las búrbujas) y no reproducirlo. Además, los franceses no tenían botellas lo suficientemente resistentes: el vidrio era demasiado frágil.
La espuma del champán no pasó desapercibida para la lírica inglesa, en la que aparecen alusiones a los vinos espumosos, con autores como Samuel Butler, John Macculoch, Thomas Otway y George Etherege. En Londres, en 1663, se publicó Hudibras, un poema héroe-cómico obra de Samuel Butle.
Después de una declaración de amor, Hudibras, caballero andante, que emula a Don Quijote y proclama que beberá a la salud de su amante tantas veces como hay letras para deletrear su nombre y la vinaza (vino de calidad inferior), se convertirá en «brisk», que en la época significaba vivaz, enérgico y espumoso. Parece ser pues, entonces, que los primeros textos sobre el vino de Champagne fueron escritos en la lengua de Shakespeare y no en la de Molière.
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Un poco de vino tinto te llevará muy lejos
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