Una cerveza artesanal con infusiones de té
Es la cervecera más pequeña de China, con «cuatro manos».
BEBERBIEN. El ruido hueco y la molienda de la maquinaria se intensifica por el pasillo de un edificio industrial de Kwai Chung hacia la entrada de «Tai Wai Beer».
De pie cerca de la puerta, con las mangas enrolladas y el sudor goteando por la frente, está el cofundador Henry Wu Hang-fu, trabajando en el taladro de un molino de malta. «Todo es muy fácil, ¿no?», dice Wu en la cervecería más pequeña de Hong Kong y quizás de China. «Solo somos Wendy (Tai Lok-sze) y yo. Dos personas. Cuatro manos».
La decisión de abrir una cervecería fue impulsiva: Wu quiso hacer algo especial cuando cumplió 30 años. Con más de 10 años de experiencia en la gestión de bebidas, en vino fino y licores, fue su gran amor por la cerveza artesanal lo que lo llevó a dar el paso.
«Cuando entré por primera vez en el sector, probé una cerveza belga muy buena, una Duvel, y desde entonces tengo una pregunta en el fondo de mi mente: ¿cómo es que nadie en Hong Kong hace cerveza? En aquel entonces, la única cerveza producida localmente que la gente conocía era la de San Miguel», comenta Wu.
Hace tres años, después de haber estudiado el arte de la fabricación de cerveza a través de libros y videos de YouTube, Wu y Tai hicieron su primer lote de pilsner. La experiencia hizo que Wu apreciara las cervezas artesanales aún más.
Y también tiene tiempo para experimentar, como agregar infusiones de té a algunas marcas. «Nadie se queja, así que el producto debe ser muy bueno», asegura Wu.
«Las principales diferencias entre las cervezas comerciales y las artesanales son la profundidad del sabor, la variedad de estilos y la complejidad. Los maestros cerveceros ponen todo su corazón y su alma en crear una bebida única», dice Wu. «Nunca hay una cerveza mala, solo depende de si la cerveza se ajusta a tus gustos».