¿Por qué la cocina francesa es tan sabrosa?

¡Voilá!… Este país es un paraíso para el buen comer y buen beber.

BEBERBIEN. Indiscutiblemente, uno de los mayores tesoros de la Francia moderna es su rica gastronomía. Los franceses tienen una relación amorosa con la comida, muy variada y con muchas diferencias regionales basadas en los productos y la gastronomía de cada región.

Las tradiciones culinarias desarrolladas y perfeccionadas a lo largo de los siglos hacen de la cocina francesa un arte muy refinado, algo así como»para chuparse los dedos». Esto es cierto incluso en los platos más sencillos de la cocina campesina, que requieren una preparación cuidadosa y una gran atención a los detalles.

Por supuesto, el secreto del éxito en una cocina francesa no son tanto las técnicas elaboradas como el uso de ingredientes frescos producidos localmente y en temporada: desde las aceitunas y los mariscos de Provenza hasta la mantequilla y los asados, desde la simple comida del bistro hasta los caprichosos dulces de la Tour d’Argent.

Una comida francesa comienza con un entremés caliente (o para el almuerzo, un entremés frío) seguido de sopa, plato principal, ensalada, queso y postre. Y muy importante cuando se trata de sentarse a comer: los franceses están convencidos de que hay una bebida apropiada para cada comida y ocasión.

El vino siempre dice ¡presente! con la comida, pero rara vez sin comida. Un aperitivo (bebida alcohólica ligera) precede al almuerzo o cena y un digestivo (algo más enérgico, como coñac) pone el broche de oro. La estrecha relación entre la comida y el vino es un sello muy francés. No es casualidad que algunas de las mejores cocinas de Francia están en algunas de sus mejores regiones vinícolas. En Borgoña, Burdeos, Provenza y Touraine, el vino prevalece tanto en el proceso de cocción como en la copa.

La cocina francesa es considerada como «el enemigo a vencer» contra el cual se miden todas las otras cocinas del mundo. El término «Alta Cocina» fue introducido en las cortes francesas por Catalina de Médicis en el siglo XVI, y luego perfeccionado por Auguste Escoffier (1846-1935), considerado «el Padre de la Cocina Francesa».

Hay muchos, muchos platos famosos. Aquí destacamos dos. El primero es una sopa, «la soupe à l’oignons», inventada durante la Revolución Francesa, cuando se disponía únicamente de ingredientes sencillos para cocinar: trocitos de pan, caldo de carne y cebolla caramelizada. Y atención: ¡el tiempo de cocción no puede superar las dos horas! El segundo: «ratatouille», una especialidad del sur de Francia que mezcla tomates, ajos, pimientos, calabacín y berenjenas con diversas hierbas provenzales.

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